◄ SOBRE LA 2ª COLECCIÓN ►

He estado trabajando muchísimo para la segunda colección que está por aterrizar. Según lo previsto, en los próximos meses debo de tener todo listo y me muero de ganas por ver todos los cojines perfectamente perfumaditos y formaditos, dándose la mano de la emoción para ser presentados al mundo. La segunda familia Mor está por nacer.

La temática no quiero desvelarla de un tirón, que las sorpresas son siempre lo más divertido, y no quiero arruinar nada de esa naturaleza. Pero puedo ir soltando por donde van los tiros.
Fundamentalmente, la colección está inspirada en todo lo fantástico de México, dejando de lado al cliché de Frida Kahlo y los aztecas, que sí, poderosos son, pero México tiene más y, a veces, mucho más rico que como nos lo pintan allá afuera.
Poder vivir este país con todas las sorpresas que hay a cada esquina es fabuloso, me río todo el día de las excentricidades que son absorbidas de lo más normal, me parece admirable. Tanto surrealismo visto con la mayor naturalidad. Tanta naturalidad surrealista.

De esta base partí hace varios meses, tras llegar a México sin haberlo pisado durante 9 años, y ha sido un proceso que ha ido evolucionando y dotándose de riqueza diariamente. No ha dejado de sorprenderme.
He estado yendo al centro de esta ciudad casi cada día durante 5 meses en búsqueda de materiales y demás menesteres, y bajarte en la parada del metro zócalo cada mañana y recibir el bomabardeo de literalemente todo, es una experiencia para contar. Toda clase de artículos y situaciones llegan a tí como una avalancha de estímulos de las más variopintas procedencias y tú tienes que lograr salir de ella victorioso y galante. Llegar a tu casa -tu oasis- para vaciar con satisfacción la mochila llena de hallazgos que están listos para ser parte de este proyecto, es placer concentrado. Un botón, un brazo, una pierna, una aguja, una pestaña, una tela. Todo cuenta y todo forma parte.

Es impresionante el regocijo de vivir y de luchar que te transmite la Ciudad de México.
En una frase: Me siento de vuelta al paraíso más crudo.